Pese a que, según algunas informaciones facilitadas, las terapias siguen llamándose "voluntarias" (aunque al ser alternativas a la prisión su no realización conlleva el ingreso en prisión), siguen la mentalidad del Modelo Duluth (corte feminista en el que no se contempla la posible patología del agresor sino su necesidad de "educación") y sigue dejando de lado realidades alternativas como la violencia en parejas homosexuales y de mujeres a hombres, la iniciativa incluye un aporte novedoso y elemental. Según se indica en la noticia, LOS TRATAMIENTOS SE AJUSTARÁN A LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS AGRESORES, es decir, A LAS TIPOLOGÍAS (ver post relacionado). Por otro lado, el tratamiento de agresores (esencial para prevenir futuras agresiones y nuevas víctimas) sigue levantando ampollas entre sectores feministas.
Parece que, con el año nuevo, deberemos seguir invirtiendo esfuerzos en mejorar la atención a víctimas y agresores, en avanzar en los conocimientos sobre la etiología de la conducta violenta en las parejas (sean del tipo que sean) y en derribar algunos de los falsos mitos y tabús que inundan la sociedad.
900 maltratadores condenados en Euskadi seguirán un programa de reeducación este año
El Gobierno Vasco ensayará terapias para diseñar los tratamientos alternativos a la prisión que se aplicarán en toda España 04.01.10 - 02:48 - JAVIER MUÑOZ | BILBAO.
EL DATO
5.800 denuncias de malos tratos se presentaron en los juzgados vascos en 2009. Existen jueces especializados de violencia de género en Bilbao (dos), Vitoria, San Sebastián y Barakaldo. En los demás partidos judiciales, las agresiones sexistas se concentran en un juzgado no especializado.
Alrededor de novecientos hombres condenados por maltratar a sus parejas o ex parejas en Euskadi se someterán durante este año a un programa de reeducación que el Gobierno Vasco pondrá en marcha hoy en Bilbao, Vitoria y San Sebastián. La iniciativa, fruto de un acuerdo entre el Ministerio de Igualdad y el Departamento de Justicia y Administraciones Públicas, servirá para ensayar terapias con los agresores que deben cumplir penas alternativas a la prisión y para comprobar si tales tratamientos evitan realmente los casos de reincidencia. Madrid, Andalucía y Cataluña, entre otras autonomías, también participan en el proyecto, pero será en el País Vasco donde se analizarán los resultados y se diseñará, a finales de 2010, el programa que el Gobierno central aplicará en el futuro a los maltratadores de toda España.
El Ministerio de Igualdad aportará 122.000 euros para contribuir a la apertura de tres locales en las capitales vascas, en cada uno de los cuales trabajarán varios psicólogos, psiquiatras y educadores sociales, así como un letrado. Según explicaron en el Departamento de Justicia, los maltratadores asistirán a sesiones durante tres meses y recibirán una atención ajustada a sus características, pues esos individuos suelen repartirse a grandes rasgos en tres categorías: los que sufren patologías mentales y adicciones al alcohol y las drogas; los que que no pueden controlar sus impulsos con nadie, sea del sexo que fuere, y los que son machistas recalcitrantes.
El proyecto, que se compone de sesiones individuales y también en grupo, ha sido recibido con escepticismo por algunas asociaciones de apoyo a las víctimas, que dudan de que los reos de violencia de género puedan cambiar -algunos acumulan varias denuncias de una misma mujer o vuelven a agredir a parejas posteriores-. Esos colectivos opinan que las instituciones deberían orientar sus esfuerzos y el dinero público en otras direcciones. De hecho, el Ministerio de Igualdad, dirigido por Bibiana Aído, ha reducido a la mitad el presupuesto para la reeducación en 2010 (ha quedado en 1,5 millones de euros). No obstante, el Gobierno Vasco está decidido a explorar esa vía. «Entendemos que un agresor reeducado supone una víctima menos en el futuro», argumenta Marta Higueras, responsable de la Dirección de Justicia.
El Ejecutivo autónomo calcula que por los tres centros terapéuticos que se abrirán en las capitales vascas pasará el 15% de los varones que son denunciados cada año por agresiones sexistas en los juzgados vascos. Esa previsión se basa en las resoluciones dictadas hasta ahora por los jueces y, más concretamente, en la experiencia que proporciona el partido judicial de Bilbao, donde el Gobierno de Vitoria ha estado financiando a una asociación que desarrolla un proyecto (Gakoa) al que acuden anualmente unos 270 maltratadores.
LIGERO AUMENTO
A falta de los datos oficiales, fuentes judiciales estiman que se han registrado entre 5.700 y 5.800 denuncias de violencia de género a lo largo de 2009 en Euskadi, un número «ligeramente» superior al del ejercicio anterior. De todos esos casos, casi 900 concluyeron con una condena de trabajos para la comunidad, que va acompañada de una terapia obligatoria.
Precisamente, el convenio suscrito por los gobiernos vasco y central contribuirá a resolver el «grave problema» planteado por esa segunda pena terapéutica, puesto que en Euskadi no hay establecimientos ni personal suficientes para hacerla efectiva, salvo el proyecto Gakoa de Bilbao y otras experiencias aisladas. Ese mismo déficit se repite con los trabajos comunitarios, un castigo que los jueces imponen, además de a los machistas violentos, a automovilistas que han sido sorprendidos con tasas elevadas de alcohol o conduciendo de forma temeraria.
Ahora mismo se acumulan en el País Vasco unas 2.500 condenas de tareas sociales que están pendientes de cumplir por falta de lugares donde realizarlas (asociaciones, organismos municipales). El Ejecutivo de Vitoria ha prometido duplicar las plazas durante 2010, hasta llegar a 700. En la actualidad existen 156 en Álava, 130 en Vizcaya y 70 en Gipuzkoa. Cada una de ellas es ocupada por varias personas a lo largo del año, dado que pocas veces han sido sentenciadas por más de noventa días.
De momento, el programa experimental de reeducación para los agresores de mujeres tiene esa duración. Los terapeutas dedicarán dos sesiones para elaborar un diagnóstico de cada individuo y diseñar el itinerario que hay que poner en práctica con él. «En las sesiones de grupo se tratará de que ellos se den cuenta de lo que han estado haciendo», explica la directora de Justicia, Marta Higueras.
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