Tenemos todos algún elemento de psicopatía? Es difícil saber lo que caracteriza a un psicópata. Son depredadores sociales. Saben lo que hacen, entienden la diferencia entre en bien y el mal, pero son incapaces de sentir empatía. Les falta la capacidad de entender que lo que hacen tiene consecuencias emocionalmente devastadoras sobre los demás. No sienten ningún tipo de remordimiento, su conciencia no les dice que han actuado mal.
Los psicópatas suelen ser, normalmente, mentirosos, violentos y encantadores. Se acogen a las reglas de la sociedad ¿Cómo podemos identificarlos? ¿Podríamos saber si nuestro amigo, nuestro jefe o nuestra pareja es psicópata? Hasta que no comprendamos que tienen una manera distinta de ver el mundo humano, estaremos condenados a ser sus víctimas.
La psicopatía se presenta bajo más caras que la del asesino despiadado. Los psicópatas tienen formas más sutiles de hacer daño que la agresión física y de hecho los peores de ellos llevan trajes impecables, conducen coches de lujo y ocupan algunos de los puestos más importantes en política y empresa: tu jefe podría ser uno de ellos. Robert Hare, Psicólogo de la University of British Columbia, Canadá, vuelve a REDES para hablarnos de peligros que muchas veces preferimos no ver.
Contaremos también con las opiniones de Vicente Garrido, uno de los mayores expertos en psicopatía de nuestro país. Sus investigaciones en la Universidad de Valencia van mucho más allá de los libros y se puede decir que ha mirado a más de un psicópata a los ojos. Esta semana nos hablará de qué hay en esas mentes.
(Texto obtenido de la web del programa)
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Como alerta expongo que existen subjetividades en algunas referencias que fueron constituidas en un contexto histórico de conflicto y polarización que se ve evidenciado en la dirección del hilo lógico y que es protegido por la estructura científica adecuándola a una moralidad condicionada en ventaja de un poder opresor puntual no determinado, pero sí en sus chivos expiatorios, este es un modus operandi que se aprovecha de la buena voluntad de las personas.
La naturaleza de la opresión transmitida desde ideas propias o no, personas, ambientes, ordenes, sentido común, tecnologías, información en general, es un conjunto que obedece a una continuidad reflejada de la salud mental general de la población, que pertenece a un sistema de orden basado en una moralidad formal, condicionante y especulativa, que hoy tiende a detener cualquier lucha contra la opresión y asociarla a la violencia y al terrorismo, esa moral que intentan imponer es la de una moral de derrota como sublimación de la Pax Romana inoculando patologías allí donde sea necesario y dirigiendo la culpa en las víctimas, y que éstas las acepten por un bien común.
El efecto de la opresión es percibida y se manifiesta en diferentes niveles en donde la reacción en el comportamiento es señal en si misma y el extremo de la causa general como vía de escape. Los diferentes niveles de inconsciencia se manifiestan en la no soberanía y dirección del cuerpo- espíritu crítico, es la entrega de la voluntad y de la responsabilidad a nuestros automatismos programados en el formato mental cultural, representados exteriormente en instituciones, y todas las personas en las 24hs del día deja su lugar en la comodidad de la entelequia que presupone ser más verdad que la realidad.
En definitiva el problema general que nos afecta a todos son las interferencias en lograr comunicarnos y relacionarnos correctamente con la realidad, y este fenómeno ocurre en el deprecio de la funcionalidad de la empatía interpretándose a esas señales claras de alarma como obstáculos negativos para el pensamiento racional, sellando así un enlace de entendimiento y comprensión de una información fundamental y de trasmisión inmediata de los estados, de los puntos de referencia y proyecciones que permiten la simpatía en relación armónica. Este conocimiento desnuda al Yo, en definitiva al colectivo, por lo tanto se reduce la complejidad psicológica en la comunicación y se canaliza hacia la creatividad en cualquier lenguaje de expresión.
La formación educativa o del formato mental impone en la población la separación en castas y se fomenta en ellas la no participación en el servicio social, es decir, el no entendimiento y conocimiento del territorio al que pertenecen y que se debe transformar, que es reflejo del no entendimiento y conocimiento de nuestro propio cuerpo y funcionalidades automáticas como la pensar y crear que nos lleva a comprender el sentido de la vida más allá de la historia que nos han contado.
La soberanía personal es la finalidad, el individualismo ha nacido como una reacción y anticuerpo para lograr el conocimiento, como también lo es el pensamiento científico para lograr el pensamiento crítico, tanto individualismo como pensamiento científico tienen su límite en la superficie ya que descartan desde el principio el origen de lo humano en la separación virtual del pensar y sentir como fenómenos independientes, solo por poseer la capacidad natural de enfocar en la observación la parte por el todo. La complejidad mental es fruto del desconocimiento, la creatividad crea diversos efectos en los que se entretiene la atención especializándose en cada uno de ellos, el concepto economía debería dirigir su sentido a la psico-ecología, y disminuir el gasto energético que repercute en el cuerpo.
Soy el que se encuentra después de la coma y que lo han redondeado.
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